viernes, 30 de octubre de 2009

Un plan sin fallas

Continuación de la parte escrita por Agustín Baccá en Reflexioname Ésta

Sánchez no daba crédito a sus ojos. La escena era imposible, demasiado horrible como para ser real. Sus dos hijos yacían muertos, bañados en sangre. Pese a tamaña imágen, algo se atoró en la garganta del hombre, inhabilitándolo para gritar. Sin embargo, la víctima de Rímini no se quedó impávida. El deseo urgente de arrancarse la piel a tirones lo obligó a moverse con velocidad y correr hacia afuera.
Mientras tanto, Rímini miraba todo y sonreía. Un plan sin fallas. En cualquier momento, Sánchez iba a sentarse en el cordón de la vereda y explotar en un mar de lágrimas y congoja. Angustia y pesar; otro cliente satisfecho, otra marca personal para el especialista. Se levantó del asiento y fue a prepararse otro whisky, estaba muy tranquilo. En cualquier momento...
Finalmente escuchó el ruido de pasos, y Rímini dió la vuelta para ver el final desde la pantalla que filmaba cada paso de Sánchez. Sin embargo, algo ocurría. El agente lo supo al instante. Sánchez no caminaba hacia la vereda, sino en dirección contraria.
El color del especialista pasó de bronceado a blanco en un instante, ¡esto no era lo esperado! ¿Qué demonios estaba haciendo Sánchez?
En silencio, Rímini, observó como el hombre se vestía con su ropa usual, y se dirigía al armario a recoger algo, no podía distinguir que era. Finalmente cuando vio que también agarraba balas entendió que era ese objeto, un revolver. El especialista no quiso esperar más y fue corriendo a su auto para dirigirse a la casa de su cliente.
Mientras viajaba, pensaba todo, replanteaba su plan. El baño, las toallas, los niños muertos, la verdeda. Todo debía encajar, según el perfil del hombre. Era un plan sin fallas, infalible. Pero algo había pasado, un fáctor que no había tenido en cuenta y ahora le podría costar muy caro. Pisó con fuerza el acelerador, tenía que llegar a Sánchez antes de que el hombre salga de la casa, si o sí.
Finalmente llegó a su destino, la puerta seguía abierta. Tal vez no era tarde, tal vez podría sacar a Sánchez de la ilusión. Entró con cuidado al lugar, no olvidó que el hombre tenía un arma cargada. Fue a la cocina primero, no había nadie. Una gota fría cayó por su nuca. Se dirigió al piso de arriba, tampoco había nadie. Sánchez había abandonado el lugar, preso en una ilusión.
En su habitación, Rímini vio una pequeña bolsa que llamó su atención, algo que no cuadraba en un lugar tan ordenado. Cuando la tomó, entendió todo y, por primera vez en mucho tiempo, se aterrorizó. Dejo la bolsa en el mismo lugar, volvió a su auto y fue a su casa.
El agente tomó un bolso, guardó la ropa y pasó por un banco para retirar su plata. Su último destino, el aeropuerto internacional. Nunca más volvería al país. Su carrera, su record, su pasado, todo arruinado por una bolsa de hongos de Amsterdam. En cuanto a Sánchez, el pobre hombre vagaría en una ilusión catastrófica en la que un asesino liquidó a sus hijos. Nada podría hacer para salvarlo, las drogas alucinógenas extienden sus ilusiones por tiempo indeterminado, incluso permanente. Miró una última vez para atrás, un último suspiro, y abordó el avión que lo llevaría a otro continente; un plan sin fallas.


Continúa Agustín Munaretto en Sintonizarte

viernes, 23 de octubre de 2009

Me canse de esa maldita palabra

Amor. Odio con todo mi ser esas tres letras estúpidas que significan esa duda interminable. ¿Qué es el amor? ¿Qué significa amar? ¿Enamorarse? Acaso depender de otra persona, encariñarse y creer ciegamente en ella, ¿eso es amor?
Dicen que es ciego. Es mentira, el amor tiene ojos. Nos mira mientras juega con nosotros como peones en un ajedréz macabro. Nos utilizan como carnada para que venga una ficha de mayor rango, nos tiren al costado y continuen con su vida. En mi caso yo fui el peon que se encuentra delante del caballo. Me pasaron por arriba, se pusieron a mi lado y finalmente volvieron a pegar el salto para dejarme atrás.
Solo fui el puente a tu felicidad. Un objeto utilizado a tu conveniecia y crueldad. Ahora los tantos se igualaron, yo te herí, y vos me robaste una parte mía que ni siquiera utilizas, y aun así es tuya para lo que quieras. Como último favor, como una ofrenda de paz, o simplemente como demonios quieras. Devuelveme mi corazón, ya que no te lo mereces.
Hablas de riesgos, de arriesgarte. Nada sabes de esa palabra. Confundes el significado de hacer algo con miedo a seguir un trayecto por comodidad. No te arriesgaste en el momento justo, pero ahora tenes la caradurez de decir las mismas palabras que una vez negaste. Eres la personificación del miedo, de la tristeza, de la pasión negada. Hablas de animarse cuando tu te escondiste de ti misma. Eres la vergüenza y la hipocresía. Te detesto, mi corazón te pertenece, mas no mi respeto.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El peligro del bosque

Es una noche oscura, clara, de luna llena. Si no fuese tan real pensaría que es un cliché. El olor fresco del bosque inunda mis fosas nasales, me exita. Corro con la máxima velocidad que me pueden dar mis miembros, esquivando árboles y raíces. Finalmente, llego a un claro.
Miro al cielo, la luna me llama. Es hermosa, decido detenerme un rato para admirarla. En su honor alzo un grito al cielo, un rugido que me sale desde lo más profundo de mi interior, de la misma manera que le pasaba a mis antepasados.
De pronto escucho un sonido, al principio apagado, luego creciente. Son pasos, pero irregulares, como si se estubiesen arrastrando. También puedo oler sangre. Ese inconfundible olor me atrae; mi estómago comienza a rugir.
Me acerco lentamente al lugar de donde provienen los pasos. Veo una forma acercarse, lentamente, pareciera que le cuesta cada paso. Temeroso, me oculto entre las sombras, prefiero ser cauto y ver a que me enfrento.
Finalmente la luz de la luna -que hermosa luna- ilumina la figura. Es una humana, cojea y veo como la sangre emana por su cintura. Mis pelos se erizan, mi boca se abre para mostrar los colmillos. Estoy listo para atacar.
De la nada, sin que yo me mueva, la humana cae. Pareceria ser un truco, un engaño para capturarme, pero un gemido que surge por debajo del cuerpo de la mujer me obliga a acercarme. Lentamente me dirigo al cuerpo y cuando comienzo a olfatearlo, ella se da vuelta con un grito desesperado que me hace pegar un salto hacia atrás. Ella me mira fijamente y yo a ella. El tiempo parecía que se había detenido, para volver con la misma rápidez. La humana finalmente se desvanece. Es fácil darse cuenta de que murió, el olor a sangre llena el lugar, y la nieve se tiñe de escarlata.
Pero hay algo que me aterra, que me perturba de sobremanera. Es otro aroma que emana el cuerpo de la mujer. Es un olor fuerte, una escencia que ya había sentido cuando mis hermanos eran atacados por los humanos. Ese olor provenía de un palo que escupía fuego y nos atravesaba. Me decido a mantenerme bien lejos de la fuente de ese olor. hay otras partes de su cuerpo que puedo comer. Sus brazos, ella lleva poca ropa por lo que va a ser fácil razgarla para devorar sus miembros. Doy la vuelta para poder morder con mayor facilidad mi objetivo, pero al acercarme otra vez ese gemido suena en el aire. Con precuación miro la fuente del grito y la sorpresa hace que de un paso atrás. ¡La humana estaba cargando a su cría!



continuará...

sábado, 17 de octubre de 2009

Volvieron los santos....

Finalmente después de largos años de espera, los rumores se convirtieron en verdad. LLega la secuela de una de las mejores películas -a mi gusto- que hay. El 30 de octubre se estrena The Boondock Saints II, All Saints Day.
Que felicidad...T_T

Trailer Oficial



Veritas - Aequitas

lunes, 5 de octubre de 2009

Mi deuda, mi confesión

Hola? puedes escucharme? yo creo que si. No, no creo, lo sé, estoy seguro que estás ahí, frente a tu máquina leyendo estas líneas, dudando si van para tí o no. Pasaron meses, pero aún recuerdo fervientemente la última vez que nos vimos, la última vez que nos hablamos, la última vez que pisé tu casa, la última vez que probé el sabor de tus labios. Recuerdo tu miedo a que te odie, pero nunca vas a entender que no te odio.
Dicen que a una persona se la juzga por como perdona a los errores de los demás, pues entonces yo fallé en esa prueba, por que nunca voy a poder perdonar esa noche. El dolor todavía está latente, sin embargo mi pasado me condena, me persigue, me muerde y se ríe. Yo te dije que te quería mantener a mi lado siempre, no como pareja, ni como amantes, sino como mi amiga.
Es díficil escribir sobre algo tan complicado de analizar. Estabas en tu derecho, y ¿quién soy yo para juzgarte? Fuimos un juego cruel en el cual yo fui mas demonio que santo. Mi herida es superficial, y sé que con el tiempo sanará, mas la tuya es muy profunda, ocasionada por mi propia personalidad autodestructiva capaz de devorar lo que no me pertenece.
El humo de mi cigarrillo vuela con el viento, Dios! como lo envidio, desearía volar y escapar de esta situación que yo mismo ocasioné. Ojala las cosas hubiesen sido diferentes cuando nos conocimos, quien sabe donde estaríamos ahora. Pero no lo fueron y sin embargo nuestros caminos se cruzaron más de una vez para volverse a separar, somos un ciclo perverso, incluso masoquista.
Es triste, tantas promesas, tantas ilusiones, todo para no vernos o escondernos uno del otro ahora, evitar las miradas, los cruces, incluso tratar de no pensar uno en el otro. Porque sigo pensando en tí, en tí y la enorme deuda que tengo. Me diste muchas cosas, y yo solo pude devolverte palabras e intenciones incompletas.
Espero que algún día pueda reunir el valor para decirte todo esto en persona, y no esconderme detrás de mi escritura.
Hasta ese día, querida amiga