jueves, 30 de diciembre de 2010

La tentación

Tienes miedo. Lo veo en tus ojos, lo escucho en tus latidos, percibo tu agitada respiración. Entiendo tu temor, muchos se asustan cuando me ven. Pero ten confianza en mis palabras cuando te digo que de mi no hay nada que temer. Simplemente decidí visitarte porque hace tiempo que te estoy viendo y me cansé de ser un simple expectador.

Estoy harto de ver como día a día sufres de injusticias y abusos. No puedo soportar ver como día a día gastas energías y palabras en rezos y plegarias que nadie responderá. Pues dejame decirte, pequeña criatura, que yo si he escuchado tus pedidos de auxilio. Ten calma, querida mia, pues he venido a sacarte de la miseria y el dolor que te rodea. No hay mal en mis palabras, ten confianza. Te daré aquello que más anhelas sin pedirte nada a cambio. Veo que dudas, pero cree en mis palabras cuando te digo que no tienes nada de que preocuparte. No tengo intención de lastimarte, no esperes ningún daño de mi, bella dama.

Toma, bebe de este vino. Que no te impresione su color, pues su ingrediente principal es mi propia sangre, la cual quiero compartir contigo. Veo que te gustó, me alegro. Siéntete libre de tomar cuanto quieras.

Debo confesarte, hermosa criatura, que te deseo con intensidad. Quiero poseerte y que seas solo mía. Quiero ser el dueño tanto de tu cuerpo como de tu alma. Déjame entonces probar tus labios. Son dulces, tienen el sabor de las rosas negras que sobrevivieron al frío invierno, solo para marchitarse en el verano.

Ven conmigo, dulce alma, te llevaré muy lejos de aquí. Mis alas negras nos harán atravesar los cielos, burlando y desafiando a aquellos que te provocaron tanto sufrimiento. Pronto olvidarás todo tu pasado, y me serás fiel por toda la eternidad. Duerme ahora, pequeña criatura, duerme y sueña, pues ya no volverás a este mundo. Ahora me perteneces, y nunca podrás escapar.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Encerrado dentro mio

¿Dónde me encuentro? ¿Qué es este lugar? Está oscuro, tengo frío, me siento tan solo… Intento gritar, pido a gritos que alguien me socorre, pero nadie responde.

Intento retener el calor de mi cuerpo desnudo, pero parece que cada vez me congelo más. Me agacho, tiemblo, estoy perdido, tengo miedo.

Me empiezo a frustrar, golpeo con fuerza las paredes, choco contra ellas, pero nada cede, la oscuridad me agobia. Comienzo a llorar, grito de pura desesperación, con miedo, con impotencia. Las paredes comienzan a cerrarse, no puedo evitarlo, no quiero evitarlo. Quiero que me aplasten, que terminen con esta oscuridad. ¿Acaso esta es mi muerte? ¿Así termina mi vida?

Apenas puedo respirar, pero estoy feliz, feliz de que termine todo, que se acabe mi sufrimiento. Siento el contacto con la pared, siento como me agobia, veo como la luz me envuelve. Veo una luz, me llama, ¿es mi fin? Escucho como me llama, es una voz conocida…

Entonces siento el calor de su mano, pienso que estoy delirando. De pronto, su tacto se hace más fuerte. Me agarra, me saca de la oscuridad, me lleva hasta la luz. Me abraza, sus caricias me calman. Comienza a susurrar a mi oído, “ya está, ya terminó todo…”

miércoles, 13 de octubre de 2010

"Para mí son hermanos"

Eran las 7 de la mañana cuando tocaron mi puerta. Nos despertamos como pudimos, desorientados, con resaca y el cuerpo dolorido. Nos miramos y reímos. Recordamos las locuras que realizamos la noche anterior, para terminar rendidos en mi casa. El timbre volvió a gritar. Nos estaban esperando. Como podemos nos vestimos para viajar durante una hora a Capilla del Señor, a un día de campo. Yo estaba mal, no agarré nada. Vos, por otro lado, tuviste la cordura como para llevar a tu novia, la que siempre te escucha y te canta.
Sin embargo, el viaje fue volver a un letargo para recuperar las capacidades. Y cuando llegamos el cielo se había cubierto de nubes. Seguramente se iba a largar una tormenta. Nos tomamos el primer café, reímos otra vez y ya preparaste a tu novia. Gentilmente la sacaste de la funda, tus dedos acariciaron suavemente sus curvas y empezamos. En ese momento estábamos solos. Nos convertimos en una guitarra que canta a dos voces. De pronto la gente nos escuchó, nos rodearon y se unieron a nuestros cantos. Nos convertimos en el centro de atención, pero a la vez estábamos solos.
El tiempo pasó, pero la guitarra siempre apareció, en la buenas y en las malas. La guitarra cantó en el balcón de mi casa, en hogares ajenos e incluso en Puerto Madero, la noche en la que la cordura se despidió por completo de mí. La guitarra siempre cantó.
Gracias por esa guitarra, por estar siempre, pero más que nada, gracias por permitirme ser la segunda voz de tu canto.

domingo, 10 de octubre de 2010

El salto

Una vez un sabio me preguntó: "Si este fuera el último día de tu vida, ¿Piensas que valió la pena vivir? ¿Valió la pena sentir el dolor si este te trajo alegría?
Cuando lo pensé, me pareció una pregunta bastante mala, no hay dolor que valga la pena sentir. Nada vale enteramente la pena si conlleva dolor. Y mi vida fue dolor. Dolor por perder a mi figura paterna, dolor por un amor no correspondido, dolor por amigos olvidados.
Sin embargo, ahora me pongo a recordar la alegría infantil que me invadía al ver a mi abuelo cuando lo visitaba en el geriátrico. Recuerdo la ilusión romántica que sentía cuando estaba enamorado. Recuerdo con nostalgia y cariño las tonterías que hacíamos con mi grupo de amigos, ziete personajes arrancados de una novela digna de Charles Dickens para vivir una realidad.
Hoy en día, habiendo perdido todo, sin tener nada pero con una vida vivida, pongo mis sentimientos en una balanza. Por un lado la alegría, por el otro el dolor. Hoy pienso más que nunca, hooy es el día de mi confesión. Miro hacia el pasado y hacia abajo. Veo a la gente que se agolpa con una mezcla de interés y pánico. El sol es cálido, brilla más que nunca. El viento, suavemente, acaricia mi rostro y mis pelos. Es un día perfecto.
Finalmente la balanza se decide, yo también. Tomo un papel, escribo unas palabras y lo sostengo en mi mano. Entonces, sin volver a mirar, salto. El tiempo se aletarga, veo todo en cámara lenta. Apenas puedo escuchar los gritos de la gente. A medida que caigo, veo momentos de mi vida como reproducidos en viejas imágenes. Luego, todo termina.
Los medios de esa noche dedicaron horas al joven suicida. Se habló mucho de la sonrisa con la que murió y del papel que empuñaba al caer: "Valió la pena".

jueves, 7 de octubre de 2010

Retorno a la infancia

Hubo una época. Una época donde no existía la presión laboral, donde nuestras responsabilidades se limitaban a ser felices. En ese tiempo se formó un grupo de amigos, una amistad de hierro. Vivíamos en un mundo de colores y alegría. Cada uno a su manera, aportaba para divertir al resto.
No nos importaba nada, simplemente pasarla bien. Era una época de bailes, piruetas y risas. Incluso se podría decir que existía "le' innocent". Esta fue la época en la que una estrella surgió para brillar más que ninguna, y una guitarra cantaba a dos voces más fuerte que cualquer otra que haya existido jamás.
Pero esa época terminó. Al igual que todos, volvimos a la realidad y a las responsabilidades habituales que nuestra edad exige. No nos volvimos a ver. La estrella dejó de brillar y la guitarra dejó de cantar. Los colores volvieron al habitual gris de la ciudad y los bailes cesaron. Sin embargo, cada vez que escucho alguna risa inocente, alegre e infantil, recuerdo con cariño y nostalgia aquella época, cuando gracias a un circo nos sentimos niños otra vez.

jueves, 30 de septiembre de 2010

14 de septiembre de 2010

Ayer te vi. Mi mundo se derrumbó en un segundo cuando apareciste. Estabas hermosa. Tu pelo negro ondeaba con el viento nocturno mientras caminabas por la calle. La incertidumbre me invadió, no supe que hacer. Impotentemente, me quedé quieto mientras te acercabas. Caminabas rápido pero con delicadeza, como un fantasma del pasado que acecha en los recuerdos.
Sin mediar palabra, me abrazaste con fuerza. Tomé tu rostro y te miré a los ojos. Me sonreiste con esa sonrisa tan característica tuya. Esa sonrisa que muestra seguridad pero que a la vez esconde miedos. De pronto, casi imperceptible, una lágrima brotó de tus ojos. Me paralicé mientras veía como resbalaba por tu mejilla y caía por tu rostro.
Entonces comenzaste a hablar. Me dijiste que nunca me abandonarías, que ya no volvería a sentirme solo. Te creí, sonreí y una paz me inundó el corazón. Y mientras estos sentimientos me desbordaban, vos entendías todo a través de mis ojos. Volvimos a abrazarnos y el tiempo se detuvo con nosotros. La luna era el único testigo de nuestra alegría.
Comenzó a llover, traté de cubrirte pero no me lo permitiste, querías a la lluvia. Al principio no entendí el porqué, pero luego vi como otra lágrima intentaba camuflarse entre las gotas. Te tomé de la mano y te prometí que ya no había nada de que preocuparse, yo te iba a proteger de todos tus temores. Me sonreiste y me besaste. Nos fundimos en ese beso que involcra pasión y tristeza. Un beso único bajo la lluvia. El primer beso de la historia. Luego me abrazaste y me susurraste algo al oído.
Esta mañana me desperté temblando. Hacía frío y la lluvia seguía golpeando mi ventana. Estaba solo. Todavía sentía la fuerza de tus abrazos, la dulzura de tu beso. Tus palabras aún flotaban en el aire: "Ha sido un sueño hermoso".

NdA: La inspiración fue lo mejor que me dejaste, te agradezco por eso...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Perdiendo la cordura

Fue imperceptible, silencioso y mortal. No se dio cuenta hasta que fue muy tarde. Pero en el momento en el que entendió lo que pasaba, la frustración llenó sus sentimientos hasta el punto de la locura. Ya nada podía hacer, ya no había escapatoria.
Simplemente se quedó quieto, mirando los flashes que pasaban frente a él, como recuerdos incompletos, sucios o pervertidos por la insanidad. Como si fuera poco, comenzó a llover. Las gotas, grandes y pesadas, lo golpearon con fuerza, pero él estaba inmovil, impotente y silencioso.
La gente corría a su alrededor, buscando refugio ante la tempestad, nadie lo miraba. Para ellos él era otro idiota que le gusta estar debajo de la lluvia. Que poco saben. Entonces la tarde se convirtió en noche, y el siguió quieto, mirando y sintiendo todo a su alrededor, pero de una nueva forma, como si ya no perteneciese a ese mundo gris. Todo por una pasión.
Entonces, levantó los ojos y vio una sombra, una silueta femenina. Una lágrima se mezcló con la lluvia cuando la vio sonreir. Sin embargo, antes de que pudiese alcanzarla con su mano, la sombra se desvaneció en el aire, y él entendió que había perdido lo último que le quedaba de cordura.

martes, 7 de septiembre de 2010

Héroes y Ladrones

Pasó tanto tiempo desde aquellos ensayos en el garage. Muchos años desde que pasamos de ilusiones a decepciones. En ese entonces dijimos, "estamos listos", somos los chicos de la Opel-Gang. Estabamos orgullosos de nosotros mismos, aunque nunca creímos que alguien nos iba a seguir. Pero pasaron los años, crecieron los seguidores, y nosotros seguimos caminando. Pero nuestra inocencia no fue lo único que se perdió en el trayecto.
Tantos periodistas amarillistas, que se autoproclaman buscadores de la verdad, nos rodean y pisan los talones, buscan al traidor entre nosotros. Demasiadas entrevistas y programas de televisión. Falsamente amables frente a las cámaras y solo piensan en su corrupción. Siempre la misma pregunta: ¿Siguen siendo punk rock?
Algunos fans nos llamas héroes, otros nos llaman ladrones, acusados de alta traición, a nosotros mismos y al pasado, y sobre todo a quienes fuimos alguna vez.
¿Pero a que canción debemos jurarle lealtad? ¿Cuántas veces quieren escuchar los mismos temas? Hemos tomado toda la razón. Somos asociales, modestos y amables. Los chicos buenos de al lado. Somos profetas, somos mentirosos, a veces falsos, a veces auténticos. Olviden de una vez toda la mierda que se habla sobre nosotros y decidan por ustedes mismos.
Porque nosotros somos héroes y ladrones, acusados de traicionar una idea que murió y se enterró hace mucho tiempo. Aceptamos que somos héroes y somos ladrones, lo aceptamos y vivimos. Pero si ustedes quieren creer en algo, crean en ustedes mismos y no en nosotros.

Basado en la canción "Helden und Diebe" de Die Toten Hosen

sábado, 28 de agosto de 2010

La vuelta a la realidad

Algo raro estaba pasando. Sus caricias ya no eran las mismas. Su piel, alguna vez cálida, era fría como el hielo. Algo en sus ojos había cambiado, y él se dio cuenta de que ya no lo miraba igual. Había tensión en el momento, incomodidad en los silencios, dolor en sus besos. De pronto entendió sus palabras, aceptó sus intenciones, lamentó su descisión.
Algo había cambiado, él lo sabía. No lo agarró por sorpresa, lo temía como un mal por venir, como una tormenta que aparece en el horizonte. Y como en una tormenta, todo es caos, oscuridad y confusión, donde uno solo puede aferrarse a la esperanza de un futuro soleado, para poder arreglar lo destruido.
Pero el sol no llegó, en su lugar apareció el invierno en sus palabras. "Es lo mejor", el frío golpeó con dureza los vidrios de sus ojos, y la cortina que nublaba su vista cayó para revelarle otra historia. Con una lágrima solitaria, entendió que el sueño estaba terminando, y que era hora de volver a la realidad.

jueves, 22 de julio de 2010

El último camino

A través del desierto caminamos. El calor es sofocante y nuestras vestimentas son pesadas. Puedo sentir como las gotas de sudor acarician mi espalda. No pensamos, somos máquinas a las que nos resetearon el cerebro con la única capacidad de recibir órdenes. Mis compañeros se están quedando atrás, de a poco vamos cayendo en el olvido. Estamos perdidos en este inmenso océano de arena. Nos arrastramos. Los recuerdos pasan por mis ojos como fantasmas del pasado. Recuerdo a mis hermanos, a mis padres, a mi profesor del secundario diciendo que tenía un gran futuro por delante. Recuerdo a mi amiga llorando cuando le dije que me había inscripto en el ejército. No recuerdo nada más después.
Solo puedo verme en la armada. Adiós a mi largo pelo, adiós a mis malos modales, adiós a mis pensamientos libertinos, adiós a mi vida. Siento el dolor que sufría mi cuerpo al acostarme derrotado todas las noches por el exeso de ejercicio. Recuerdo al teniente gritándonos órdenes y advirtiéndonos sobre el enemigo. Recuerdo como me subí al avión para viajar a un país extranjero, supuestamente para liberarlo del terror.
Estoy en una aldea alejada. No hay nadie en las calles. Es un pueblo un tanto primitivo, nos temen, saben que solo traemos maldad. Recuerdo un hombre de familia siendo arrastrado por un compañero. Recuerdo el sonido de sus hijos llorando. Recuerdo como un amigo trato de ayudarlo y atacó al capitán. Y sobre todo recuerdo como abrimos fuego contra toda la muchedumbre que parecía tratar de huir. Luego recuerdo como una bala mía atravesó a una niña que trataba de cubrirse bajo el cadaver de su madre. Después de eso, solo recuerdo reaccionar ante la muerte. Recuerdo alejarme con otros compañeros, sin rumbo, sin perdón.
Soy el último en pie, no sé cuanto tiempo pasó desde la masacre. ¿Acaso fue hace unas horas? ¿Días, Semanas? no me importa. Tampoco le importa todos aquellos que están encima nuestro. Somos prescindibles, hay miles más como nosotros en este mismo momento despidiéndose de su familia para comenzar en la academia, otros miles subiendo al avión, otros miles listos para atacar. Estoy por desvanecerme, pero escucho que alguien me llama. Levanto la mirada y veo a mi familia, me arrastro lentamente hacia ellos y veo sus sonrisas. Sonrío antes de caer, "he vuelto".

martes, 1 de junio de 2010

Mi necesidad de escribir

Necesito esto. Casi tanto como necesito aire para respirar, necesito estas líneas para mantener la cordura. El problema es que no tengo nada para completar este segmento...
¿Qué escribo cuando no tengo nada para decir? Hace rato que perdí mi inspiración, pasaron meses desde la última vez que logré sentarme a fantasear sobre algo que no fuesen historias vacías y carentes de emoción. Tal vez esa es la respuesta, perdí mi emoción; ya no escribo lo que vivo, ya no vivo lo que escribo. Mi imaginación, alguna vez libre e infantil ahora está encerrada en un oscuro rincón, peleando por sobrevivir entre tanto aburrimiento. Soy una sombra del pasado, un ente que ya no puede concentrarse en escribir más que pequeñas confesiones y excusas, mientras que por dentro, mundos, historias y personajes se pierden en el olvido.
Perdí la imaginación, y con ella también perdí la cordura...

martes, 16 de marzo de 2010



"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nade descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.

Carlos Ruiz Zafón
El Juego del Ángel

jueves, 21 de enero de 2010

Para aquellos que nos llaman "Chicos"

N.A: No es mío, no lo escribí yo, me llegó por mail y se lo dedico a todos aquellos que nos llaman equipo chico, que no entienden lo que es pertenecer a un club tan emotivo y grande como San Lorenzo de Almagro.

Corría el año 1982 y el mundo del fútbol estaba conmocionado. San Lorenzo, uno de los grandes del fútbol argentino, se había ido a la B. Era el 1er equipo de la elite nacional en descender a la segunda categoría. Un año antes, habíamos sufrido la venta del estadio, aquel Viejo Gasómetro....testigo de muchas vueltas olímpicas y de otros tantos triunfos del seleccionado argentino (ya que en otras épocas, Argentina hacia de local en cancha de San Lorenzo, no en la de river). O sea que para los comienzos de la década del 80 San Lorenzo de Almagro se encontraba:
-Sin estadio
-Con 200 pedidos de quiebra
-Jugando en la segunda categoría
-Con un equipo formado por juveniles, ya que sus "estrellas" habían emigrado
-Jugadores entrenando en un predio que carecía de agua para bañarse y luz para practicar de noche (tan es así, que incluso el presidente tuvo que pedir prestadas 11 remeras a hinchas para poder presentar el equipo en la 1er fecha del ascenso).
Si el presente era poco alentador, el futuro que se vislumbraba hacía pensar solo una cosa: la extinción del club.
Pero a San Lorenzo, eso no le importaba. San Lorenzo nunca fue grande por tener un lindo estadio, ni por mantener una economía equilibrada, ni mucho menos por contar con grandes estrellas del fútbol nacional en su escuadra.
San Lorenzo de Almagro fue, es y será grande por su gente. Esa gente loca...
Porque para ser hincha del Ciclón se necesitan ciertas características muy peculiares, entre ellas la locura. Así fue como, ante la atónita mirada del fútbol mundial(porque lo que hizo San Lorenzo ese año conmovió al mundo), ese futuro oscuro que se tejía por 1981 sucumbió en una hermosa realidad en mediados de 1982. Así como el ave Fénix resurge de sus cenizas, la gente de San Lorenzo dejó de lado el sufrimiento y las cargadas que le propinaban los hinchas de otros clubes (o mejor dicho, simpatizantes de otros clubes, porque hinchas somos solo nosotros) y agarró la remera azulgrana, el gorrito con los colores del cuervo y esa bandera que solo nosotros sabemos hacer flamear en gloria y se dirigió a apoyar al equipo, concretando el acto de amor mas grande que se haya visto en la historia del fútbol. En 1982, San Lorenzo de Almagro jugó en la segunda categoría, haciendo las veces de local y visitante solo en las canchas de River, Boca, Independiente, buracán y Vélez, las más grandes que había en aquel momento. Uds. se preguntaran, por qué? Por qué San Lorenzo no fue a jugar a las canchas del ascenso? Fue acaso por una ayuda de la afa? Acaso los dirigentes del club pusieron plata para que San Lorenzo no visitara esas humillantes canchas de la "B"? No... Para nada. El Ciclón solo jugaba en esas canchas porque la cantidad de hinchas que San Lorenzo movía en la "B" no hubiese entrado en ningún otro lado... El campeonato del ascenso de 1982 no será recordado por haber devuelto a San Lorenzo a la 1ra división, luego de 39 fechas en 6 meses que fueron solo un trámite para salir campeones. 1982 se grabó en la retina del ambiente futbolero porque nunca en la historia del fútbol nacional un equipo llevó tanta gente a los estadios. Los santos de Boedo rompieron todos los récords relacionados a concurrencia y recaudación existentes hasta aquel momento (y que conste, hasta el día de hoy no han podido ser superados). Ese hincha sufrido y dolorido en el fondo de su alma cuerva, en lugar de resguardarse en la oscuridad de la vergüenza, decidió inflar el pecho, levantar la mirada y acompañar al Ciclón, copando todas las canchas, haciendo sentir la verdadera presión azulgrana, y generando estupor y envidia en aquellos amantes del tablón ajeno. Tan impresionante fue aquella movilización de masas que el partido entre San Lorenzo- Tigre que se disputo en el estadio de River, por la 6ta fecha del certamen (y hay que recalcar que fue la 6ta fecha, ni la última ni la 1ra), reunió a 80.000 hinchas, más que el súper clásico entre River y Boca de aquel año, en el estadio gallina también. Para seguir con la tendencia de los números, se podría decir que los 74.000 hinchas que se hicieron presentes en aquel partido representan la 3er mayor cantidad de hinchas que se reunieron en el estadio de River a lo largo de la historia, siendo superado solo por el partido entre Argentina y Holanda por la final del Mundial 78 y por una final de copa Libertadores de River. Por eso, el hincha de San Lorenzo es tan escéptico a la hora de creerles a los simpatizantes de los otros clubes cuando estos pregonan un supuesto amor incondicional por sus colores.
Ellos, al igual que nosotros en los tablones, deslizan entre las estrofas de sus canciones frases como: "en las buenas y las malas", "jugando bien o jugando mal", "aunque no salgas campeón" para demostrar incluso bajo qué circunstancias ellos seguirían amando a sus clubes. A lo cual yo me pregunto... Cómo pueden saber que seguirán amando a sus clubes en las malas, si nunca les ha tocado vivirlas? Para esta pregunta voy a bifurcar la respuesta, hablando de Independiente, River y Boca por un lado, luego haciendo un paréntesis a la hora de referirme a Racing. River, Boca y el Rojo, nunca sufrieron la pérdida de un estadio. Es más, el 1ro y el último de esta lista tienen un estadio creado a base de impuestos pagados por todos nosotros, ni siquiera por la plata de sus socios. Tampoco vivieron la desdicha (que solo un grande como el Ciclón pudo transformar en orgullo) de transitar el campeonato de la B. Y no porque no lo hayan merecido, eh... Solo vale recordar que cuando River y Boca estaban peleando los últimos puestos del campeonato de 1990 y la partida de al menos uno de los dos a la segunda división era inminente, la afa decretó el sistema de promedio para el descenso directo, haciendo que los 2 equipos "más grandes de la Argentina" se salvaran. Tienen todas las copas que se pueden llegar a tener y son muy pocos los campeonatos que no los tienen entre los principales aspirantes al título... Entonces, de qué momentos malos me hablan, muchachos? De que en vez de salir 1ros salen 3ros? De que en vez de ganar una libertadores solo logran un título local? Racing es otra cosa.
Se podría decir que Racing es la mentira mediática más grande de los últimos tiempos. Los diarios, revistas deportivas, programas de televisión funcionales a tyc sports y otras lacras del fútbol, hablan de la gran hinchada de Racing. Pero uno se pregunta, dónde estaban estos "hinchas" de Racing cuando les tocó vivir las malas??? Porque al antiguo y extinto Racing sí le tocó vivir las malas. Pero, paradójicamente , sus simpatizantes no dieron el presente. En lugar de salir con el pecho inflado y dar la cara ante el mundo futbolero, decidió esconderse en el frío y oscuro rincón de la vergüenza cuando las cosas dejaron de ser color de rosa. Así se puede decir que cuando Racing descendió a la B 2 años más tarde que San Lorenzo, no solo jugó en todas las canchas del ascenso a diferencia del Ciclón, sino que también tuvieron que crearle un octogonal para que ascendiese ya que en los 2 años que transitó la segunda categoría no pudo salir campeón. Vale recordar también la notoria ausencia de los hinchas de la Academia cuando su club fue quebrado y luego desaparecido (porque, como todos ya sabemos, Racing Club de Avellaneda desapareciÓ y solo fue reinscripto en los torneos de la afa por políticos en búsqueda de unos cuantos votos durante sus campañas electorales). Ni hablar de los 35 años que la Academia tuvo que esperar para salir campeón... Hoy en día uno puede ver muchas remeras de Racing por la calle... Pero yo me pregunto... Esas remeras, hace tan solo 10 años, DÓnde estaban??? Por eso yo me remito a los hechos para demostrar por qué el hincha de San Lorenzo es distinto al resto. No hablo por hablar ni digo cosas sustentadas en el mero amor por una camiseta. Aporto datos que se pueden corroborar en cualquier enciclopedia del fútbol y que sirven para despejar las dudas de aquellos que intentan menospreciar por la simple envidia. La realidad marca que Boedo es fiesta.... Boedo perdió un estadio y Boedo se fue a la B, pero Boedo vio nacer a un club, lo acuñó bajo su manto de gloria y lo propagó hasta convertirlo en un sentimiento que voló mas allá de la AV. San Juan y cubrió todo el país.
Porque San Lorenzo es un club de Barrio, es verdad...Y es lo más gratificante del mundo. San Lorenzo tiene identidad propia, sabe de dónde viene, sabe hasta dónde llegó, y sabe qué lugar ocupa en el mundo del fútbol. Y lo mejor de todo, es que fue gracias a su gente... Una raza incomprensible y mas aún, inigualable... El resto de las hinchadas puede decirnos que nunca ganamos una libertadores y que no conocemos Japón... Es verdad... Pero lo verdaderamente puro... La verdadera esencia de este deporte somos nosotros... Los que deliramos y sufrimos en el tablón, los que nos bancamos los 40 grados de sensación térmica un domingo de calor o los 3 grados bajo cero de las noches de julio alentando la azulgrana. Y en este campo, el del hincha, somos la envidia nacional, le pese a quien le pese.