Presente
La sangre nubla sus ojos, casi ni puede ver. Baja lentamente las escaleras, sabiendo cual es su destino. No siente su brazo derecho, un agujero de bala se ve en el medio de su manga, manchando el saco azul, creando un tinte escarlata. Aún así, sonríe. Sus labios forman una mueca casi diabólica. Abajo hay más de 10 hombres esperándolo, todos armados con semiautomáticas, él no tiene nada, su pistola quedó en el piso de arriba, la última bala fue destinada a su enemigo.
Pasado, hace 20 minutos
El ascensor se detiene, las explosiones destruyen el último piso, quedando al aire libre. Se miran, todos los recuerdos del pasado que los unió vuelven al instante. Y eso dura, un instante. Una pistola, una espada. Un disparo, el furor del acero moviéndose a gran velocidad. Se entrecruzan, chocan, el olor a pólvora llena el espacio. Se abren heridas, en su pierna, en el hombro de su contrincante. Hace años peleaban juntos, espalda a espalda; ahora todo es diferente, y solo la muerte de alguno puede terminar el odio que se ilumina en los ojos de ambos. En el último golpe ambas armas vuelan por el aire.
Pasado, hace 2 días
Corre con su amada, esa mujer que lo había abandonado hace años. ¿O acaso él la había abandonado a ella? Quiso dejar su pasado atrás, y lo había logrado. Pero a gran costo, la perdió a ella, a sus amigos, a su vida. Fue un muerto viviente a partir del momento en el que se subió a su nave y voló. Pero volvió, no podía dejar de mirar hacia atrás. Un ojo que mira al pasado y el otro mira el presente. Ahora corren, las balas pasan rozando, es una lluvia de plomo lo que cae sobre ellos, y finalmente pasa. Una bala le da a ella, cae, se desvanece. El tiempo se detiene, sus ojos se agrandan, no lo puede creer, lo niega. Pero realmente pasó, ella muere en sus brazos, sus últimas palabras: “Ha sido todo un sueño”. Una pesadilla.
Pasado, hace 10 minutos
Ahora él sostiene la espada mientras que su adversario posee la pistola. Todo está a punto de acabar, los ojos se cruzan una última vez. No existen las palabras para ese momento, no existe el aire, no existe el olor, nada existe. Solo ellos dos, cada uno con un arma, cada uno herido. El cuervo se acerca, huele la muerte, la carroña. El momento se desvanece, se intercambian las armas, la espada se dirige rápidamente a su cuello, pero él fue más veloz. Un disparo, el último que va a hacer en su vida, atraviesa el pecho de su enemigo, que no lo puede creer: ahora es él el que cae.
Presente
Baja lentamente, siente que se desmaya, le cuesta seguir. Los hombres que lo esperan abajo abren con fuerza los ojos, demostrando incredulidad: su jefe está muerto, y él lo mató. Se preparan para disparar, solo eso pueden hacer. A mitad del camino él se detiene. Sonríe, los mira, levanta su mano derecha y forma un arma con sus dedos. Apunta:
"BANG!"
Farewell, Space Cowboy
No hay comentarios:
Publicar un comentario